segunda-feira, 15 de abril de 2013

EL PERCANCE DEL DUQUE DE BRAGANZA EN ESPAÑA: LE PERDEN LAS MALETAS.

El duque de Braganza, en el Liceo de Barcelona. IC
Sin embargo, la organización les tuvo que esperar durante más de 45 minutos ya que al noble le habían perdido las maletas en el aeropuerto de El Prat, donde llegó procedente de Lisboa, lo que ocasionó su retraso a tan distinguido almuerzo.

 A pesar de este pequeño incidente, el duque de Braganza se mostró muy simpático, amable y cercano. Tanto él como su esposa, Isabel Inês de Castro, son una de las parejas más queridas del país. Son padres de tres hermosos niños, Alfonso, príncipe de Beira y duque de Barcelos; María Francisca Isabel, infanta de Portugal y Dionisio, infante de Portugal y duque de Porto.

Durante el almuerzo, don Duarte confesó que sus hijos “están aprendiendo catalán y castellano porque van a esquiar mucho a Andorra”. Él, por su parte, suele aprovechar esos días para irse a África: “¿Por placer? ¿A cazar?”, le preguntaron en clara alusión a la afición de don Juan Carlos. “No, no, voy por asuntos políticos y para impartir conferencias”.

Además, el duque de Braganza quiso mostrar a los presentes su recién otorgado pasaporte de Timor, una de las islas del archipiélago malayo. “Indonesia invadió el país durante casi 25 años y hace diez años consiguió su independencia. Viajo muchísimo a la zona, me quieren, les doy a conocer mis costumbres, les ayudo en lo que puedo y, en señal de agradecimiento, me han dado el pasaporte”, relató a los presentes. También es íntimo amigo del rey de los zulúes.


Heredero al trono portugués


Oficiosamente, que no oficialmente, el estado portugués le reconoce ciertos privilegios, por ser el heredero al trono portugués. De ahí que haya asistido a las últimas cenas oficiales durante la visita del príncipe de Gales y Camila o los Grandes Duques de Luxemburgo.

Curiosamente, no se le vio con los príncipes de Asturias en su última visita al país luso y eso que mantiene una gran amistad con el rey Juan Carlos. De hecho, el primer acto de adulto al que asistió –tenía 17 años- fue a la boda real de don Juan Carlos con doña Sofía en Atenas: “Como no podía ir en representación de Portugal tuve que ponerme el uniforme del colegio en el que estudiaba. Me sentí algo incómodo porque todo el mundo iba muy puesto”, cuenta.

El duque de Braganza ha heredado la gran religiosidad de sus padres, de ahí que en cuanto puede acude a misa. Tras el almuerzo, y poco antes de asistir a una cena que realizó en su honor la heredera de una antigua familia histórica catalana del interior de Girona en su casa pairal catalana, asistió a una misa al Monasterio Cisterciense de Santa maría de Solius (Girona). Su tía, la princesa Teresa de Brasil solía decir que su hermana “tenía vocación de santa”.

Actualmente, don Duarte está preparando un libro didáctico lleno de anécdotas y datos históricos para dar a conocer su país al mundo, que verá la luz próximamente.

El duque de Braganza  y Ricardo Mateos Sáinz de Medrano,  autor del libro  ‘Estoril, los años dorados'

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